Ejercicio para explorar la pared interna
Ejercicios para que el lector explore su pared interna
Para explorar sus paredes, el lector puede recurrir al siguiente ejercicio. Traiga a su memoria alguna situación particularmente desagradable, sea alguna con la que esté debatiéndose en la actualidad o alguna del pasado que quedó sin resolver. Empiece por experimentar cómo le parecía esa situación, retrátela en su mente, escuche las palabras o los sonidos relacionados con dicha experiencia. Busque dentro de ésta el miedo que contiene. El miedo es la sensación de estar separado. A medida que sea capaz de retrotraerse a ese estado atemorizado, empiece a percibir también un muro de miedo. Tóquelo, gústelo, véalo, huélalo. Detecte su textura y su color. ¿Es claro u oscuro, afilado o duro?
¿De qué está hecho? Conviértase en el muro. ¿Qué piensa, dice, ve y siente? ¿Qué piensa esta parte de su conciencia acerca de la realidad?
«Volvamos a la idea de la pared que tú mismo has creado para mantener lo que considerabas, en el momento de crearla, un equilibrio interior, pero que realmente mantiene un desequilibrio externo, como un dique o una presa en los que un nivel de agua está más alto que el otro.
Por tanto, puedes verte a ti mismo detrás de este muro y dentro de una gran inundación, una gran presión de poder de algún tipo en el exterior. Tu muro aporta entonces lo que piensas que le falta en el nivel interno. Dicho de otro modo, hay un gran poder que avanza hacia ti y piensas que tu poder es menor que el suyo. Entonces construyes un muro para protegerte, como si te encontraras en un castillo medieval que está sufriendo un ataque. Tú, que estás dentro del muro, debes explorar en primer lugar la esencia de éste, porque es creación tuya. Ha sido creado de tu propia esencia y está lleno de afirmaciones; afirmaciones de lo que debes hacer para mantenerte seguro. Lo maravilloso de todo esto es que esa pared ha sido creada con tu esencia y contiene poder en su interior que puedes transformar y redistribuir para que sirva de base de sustentación para el poder del yo interno. O bien puedes considerar que es la escalera que conduce al interior del yo interno, donde ya existe ese poder. Es otra forma de decirlo, dependiendo de qué metáfora te vaya mejor. Por tanto, permaneces sentado detrás de tu muro de seguridad y, al mismo tiempo, te sientas encima, porque tú eres ese muro. Es, por tanto, el puente de la conciencia entre lo que dices tú en cuanto muro y lo que dices en cuanto persona interior que está siendo protegida».
Ejercicios para que el lector derribe su muro interno
Mantenga una charla entre usted como muro y usted como persona interna. Cuando lo haya hecho plenamente, le sugerimos que tenga la misma conversación entre usted y lo que hay detrás del muro, e incluso entre el muro y lo que haya detrás, y que prosiga con estas conversaciones hasta que se conviertan en un fluido que atraviese dicho muro. «Ahora puedes ver este muro simbólicamente en la escena psicodinámica. También puedes verlo como representativa de ese muro que se alza entre quién eres y quién crees ser, porque tú eres asimismo el poder del otro lado del muro, cualquiera que sea su forma. Tienes poder dentro de él, no poder sobre él. El muro representa la creencia en el poder que se ejerce sobre algo, el poder de la separación; he aquí una de las principales enfermedades del plano terrestre en esta época, la enfermedad del poder sobre algo. Así, si puedes encontrar esta metáfora dentro y fuera de ti, no sólo en el nivel psicodinámico, sino también en los niveles espiritual y del mundo, puedes usarla como herramienta para la autoexploración y la propia curación. Puedes utilizarla como elemento que te ayude a recordar quién eres.» Echemos un vistazo al muro desde el punto de vista aural. Corno se ha dicho más arriba, se puede considerar que el muro es una especie de bloque de energía en el aura. En el proceso de penetrar en el muro, experimentarlo y estimularlo, el lector también está iluminando el bloque.
El bloque que se observa en el campo aural empieza a moverse y se para, interrumpiendo el flujo natural de energía. Estos bloques existen en todos los niveles del aura. Se afectan mutuamente de una capa a otra. Observemos a continuación cómo un bloque de una capa del aura (que, naturalmente, se expresaría en la realidad de dicha capa, es decir, como pensamiento, creencia o sentimiento) puede llegar a causar enfermedad en el cuerpo físico.