El libro de los ejercicios internos 04
Doctor STEPHEN T. CHANG
EL LIBRO DE LOS EJERCICIOS INTERNOS
Parte 4ª
Una vez estirado el cuerpo y los dedos de los pies, yrealizados los ejercicios de la cara, colóquese en posición de sentado o parado. (Este ejercicio también puede hacerse acostado para aquellos que estén inmovilizados en la cama). Frótese enérgicamente las manos para que la energía penetre en las palmas y en los dedos.
Coloque las palmas en la parte inferior de la espalda. Mantenga la parte superior del cuerpo ligeramente inclinada hacia adelante. Imagine y siente también la energía y el calor que pasan de las manos a la espalda y los riñones. Luego masajee la parte inferior de la espalda frotando de arriba hacia abajo y después en círculo a través de la espalda. A continuación, apriete los puños y golpee la parte inferior de la espalda con el dorso de las manos. Pegue en esta zona suavemente durante algunos segundos. Luego vuelva a comenzar, y realice el masaje y los golpecitos con sus puños tres veces. Este ejercicio debe hacerse por la mañana o cada vez que se sienta un dolor en la parte inferior de la espalda.
El ejercicio estimula las glándulas suprarrenales y los riñones, que se encuentran justamente atrás, en la parte inferior de la espalda.
En esta parte de la espalda el dolor se produce muchas veces por una insuficiencia renal. Dos factores que favorecen la insuficiencia de los riñones son: beber demasiado líquido y permanecer parado durante períodos prolongados. La práctica de este ejercicio le dará fuerza, energía y salud a los riñones y a las glándulas suprarrenales, y por asociación, curará sus problemas de espalda y también fortificará sus ojos (porque los riñones se relacionan con los ojos). Esta postura también favorece la tersura y la belleza de la piel y permite sensaciones sexuales fuertes aportando energía al sistema glandular.
Los riñones y el hígado son los dos principales filtros del cuerpo. Su tarea es eliminar las toxinas de la sangre y mantener un buen equilibrio ácido-base en el interior del cuerpo. También debemos practicar el ejercicio de los riñones para estimular yreforzar las glándulas suprarrenales y los riñones, y además hacer los ejercicios del hígado para mantener su buen funcionamiento.
Siéntese o acuéstese en una posición cómoda. (Una vez más recuerde la descripción de la mejer manera de estar sentado o parado). Coloque la palma de la mano derecha sobre el costado derecho del cuerpo de modo que descanse en la base de la base de la caja toráxica. Pase la mano sobre la parte anterior del pecho siguiendo la línea formada por las costillas inferiores. Suba hasta el esternón y luego descienda hacia el lado izquierdo del pecho. El masaje continuo de derecha a izquierda constituye un a vuelta. Repita el movimiento 36 veces. La mano debe ejercer una presión sobre la piel durante el masaje. El hígado se encuentra precisamente debajo la piel, bajo la caja toráxica, en el costado derecho del cuerpo. La presión ejercida por el masaje de la mano sobre el pecho estimula la corriente de energía corno así también la circulación de la sangre hasta el hígado.
También usted puede utilizar la mano izquierda masajear el pecho, comenzando por el lado izquierdo siguiendo la 1ínea formada por las costillas inferiores para llegar hasta el costado derecho. El estómago se encuentra justo debajo la piel, en el costado izquierdo del pecho, y así, este masaje mantiene una corriente de energía hasta el estómago. Haga este ejercicio 36 veces regularmente. Puede alternar las manos, comenzando por la mano derecha en 1a primera vuelta, y luego la mano izquierda para la segunda vuelta, y así sucesivamente hasta realizar 36 masajes cada mano.
La práctica de los dos ejercicios favorece las relaciones entre los órganos de la digestión, el estómago y el hígado. Es preciso hacer pasar la energía de un órgano al otro para que trabajen juntos con regularidad. Durante este ejercicio, como en todos los ejercicios, usted debe concentrarse en lo que hace. Eso le ayudará si usted puede imaginarse la corriente de energía que atraviesa su pecho. Si mantiene la mente en su tarea, aumentará los beneficios que este ejercicio proporciona, y con facilidad integrará el cuerpo y la mente. Haga este ejercicio por la mañana, luego del ejercicio para estimular los riñones.
Hace poco, durante una ronda de conferencias, tuve la ocasión de hacer una demostración de este ejercicio. Propuse a mis oyentes hacerlo ellos mismos. En ese momento observé a una mujer que participaba gustosa, lo que era evidente. Algunas semanas después, esa misma mujer llamó por teléfono a mi oficina para preguntarme si podía tomar un avíen y venir a verme. Cuando llegó -grande fue mi asombro- dijo que solamente realizó el viaje para agradecerme. “¿Por qué?”, pregunté. “Por el ejercicio del hígado”, respondió ella. “Toda mi vida tuve malestares hepáticos”. Cuando usted hizo la demostración del ejercicio, durante su conferencia, yo me dije “¿Qué puedo perder?’ y comencé ahacer el ejercicio. Dos semanas mas tarde, durante mi balance habitual, mi médico de familia me dijo que el estado de mi hígado había mejorado en un 60 por ciento -v él no comprendí a por qué-. “Es por eso que estoy aquí ¡simplemente para agradecerle!”.
Del chino antiguo, la expresión “Ejercicio del Plexo” solar se traduce aproximadamente por “El fuego quema la Rueda”. La “Rueda” es el ombligo o plexo solar situado en la cavidad abdominal. Esta región del cuerpo contiene los intestinos, la vejiga, los riñones y las glándulas suprarrenales. Cuando se lo hace bien, este ejercicio crea una sensación de fuego que quema en la cavidad abdominal. Así, en medicina china tradicional se habla de la cavidad abdominal como del “horno”. El hecho de crear ese fuego ayudará a consumir y hacer desaparecer todas las enfermedades asociadas a esta región del cuerpo, incluso la diarrea, el estreñimiento, la inflamación de vientre, los divertículos, los tumores y otras deficiencias.
Acuéstese de espaldas. Con la palma de una u otra mano, masajee en el sentido de las agujas de un reloj, partiendo del ombligo y haciendo círculos cada vez más grandes. Luego cambie de dirección y masajee dibujando círculos cada vez más pequeños. Debe masajear hasta que el abdomen tenga calor. Es muy importante la concentración en lo que se hace durante el ejercicio. Piense en el calor que se crea. Sentirá mucho calor, pero es preciso continuar el ejercicio hasta que la zona del ombligo queme como el fuego. Si no siente el fuego es porque dedicó poco tiempo al ejercicio. Esto exige mucha concentración y paciencia. Piense menos en sus problemas y más en el ejercicio. Al principio le parecería quizá imposible hacer el ejercicio durante mucho tiempo para producir solamente una poca cantidad de calor. Sin embargo, con el entrenamiento, empezará a tener conciencia del calor que se forma hasta sentir que la energía quema en el abdomen.
El colon atraviesa el abdomen del costado derecho al costado izquierdo. Frotando solamente en el sentido de las agujas de un reloj, todos los problemas de estreñimiento desaparecerán. Este movimiento ayuda a dispersar o a eliminar el contenido del colon. Lo mismo, masajeando únicamente en el sentido inverso de las agujas de un reloj, tendrá tendencia a hacer reabsorber al cuerpo los líquidos en exceso en el interior del colon, lo que le ayudará a sanar la diarrea. Si su sistema está en buenas condiciones, se masajeará el vientre en los sentidos tal como lo describimos antes.
Para hacer estos ejercicios, el mejor momento es el de la mañana, cuando usted está bien descansado y posee una buena reserva de energía. Si lo desea puede repetirlos por la noche.
EL MASAJE DE LOS BRAZOS Y DE LAS PIERNAS: EL MASAJE MERIDIANO
Los meridianos o canales de energía que gobiernan el hígado, el páncreas y los riñones crecen juntos en el interior de los muslos. Estos tres meridianos llevan energía a toda la parte superior del cuerpo. Masajeando correctamente estos canales, podemos estimular el cuerpo entero, incluso los órganos sexuales, porque estos meridianos atraviesan la pelvis subiendo en el cuerpo. Lo mismo, los meridianos de la vesícula biliar, la vejiga y el estómago, descienden hacia el interior de las piernas. Masajeando estos canales estimulamos los órganos y los tejidos asociados a estos meridianos.
Masajeando la parte interior de las piernas hacia arriba, estimulamos 1a circulación de la sangre en la parte inferior del cuerpo. La gente, cuya profesión la obliga a permanecer sentada o parada todo el día, tiene tendencia a los calambres y a las varices en las piernas. Sucede que la sangre se estanca en los pies y en las piernas, lo que impide una buena circulación. Estimulando los meridianos de las piernas, podemos mejorar la circulación de la sangre, y prevenir de ese modo las insuficiencias ulteriores en las piernas. Lo mismo, masajeando la parte exterior de las piernas hacia abajo puede curar o prevenir las alteraciones tales como la hipertensión arterial, la retención de agua y el exceso de peso (todas estas deficiencias están asociadas a los meridianos de la vesícula biliar, de la vejiga y del estómago). La afecciones de los tendones y la artritis pueden mejorarse o al menos aliviarse.
Haga el ejercicio parado. (También puede hacerlo sentado o acostado). Para comenzar, coloque las palmas de las manos sobre los tobillos, en el costado interior. Luego suba lentamente a lo largo de la pierna, por el interior de la rodilla, a 1o largo del muslo hasta la ingle. Después repita el ejercicio, esta vez partiendo desde los talones y masajeando 12 veces en total. Constantemente haga presión con las manos de manera que sienta un ligero calor durante el masaje. Respire normalmente el ejercicio. También puede practicar este ejercicio concentrándose solamente en la zona que va de la rodilla a la ingle. Es la parte más importante del ejercicio.
EL MASAJE HACIA LA PARTE INFERIOR
Haga el ejercicio parado. (Si es necesario, puede también hacerlo sentado o acostado). El estar parado favorece el estiramiento de los tendones de la rodilla y de la pantorrilla, y aporta energía a los dedos de los pies. Para comenzar, coloque la palma de las manos sobre la parte exterior de los muslos. Luego, con un movimiento continuo, masajee descendiendo a lo largo del muslo, la parte exterior de la rodilla y de la pantorrilla hasta el tobillo. Repita el masaje 12 veces. Este movimiento expulsa la energía del cuerpo -es por eso que mejora las insuficiencias tales como la obesidad, la retención de agua y la hipertensión. No es recomendable hacerlo por la mañana porque en ese momento es mejor hacer entrar la energía en el cuerpo practicando únicamente el masaje hacia la parte superior. Al hacer este ejercicio respire normalmente…
Como para el masaje de las piernas, usted puede masajear los brazos para estimular los meridianos del corazón, los pulmones y el constrictor del corazón, que descienden a lo largo del lado interno del brazo, así como los meridianos del triple centro (sistema endocrino), el intestino grueso y el intestino delgado, que suben hacia el lado externo del brazo hasta los hombros. Coloque la palma de la mano izquierda sobre el lado interno del hombro derecho y, con un movimiento continuo, descienda masajeando por el interior del codo hasta la punta de los dedos. Lleve la palma de la mano izquierda a los dedos y, continuando el masaje, suba por el dorso de la mano, por el codo, hasta el hombro. Repita este movimiento doce veces. Luego cambie de lado, masajee el brazo izquierdo con la mano derecha realizando un movimiento descendente sobre el lado interno del brazo y un movimiento ascendente sobre el lado externo. También repítalo 12 veces.