El libro de los ejercicios internos 02
Doctor STEPHEN T. CHANG
EL LIBRO DE LOS EJERCICIOS INTERNOS
Parte 2ª
El Ciervo, La Grulla y La Tortuga
El Ciervo, la Grulla y la Tortuga constituyen el fundamento sobre el cual se apoya el arte taoísta del Chi-Kong o Ejercicios Internos estimulantes. Estos tres ejercicios, al igual que los otros presentados aquí, fueron perfeccionados por los antiguos Taoístas gracias a un estudio profundo de los principios naturales de la curación.
La continuidad diaria de los ejercicios favorece no solamente la inmunidad contra la enfermedad y el dolor, sino también un maravilloso sentimiento de bienestar que surge del corazón del individuo. Ellos representan un grado que toda persona minuciosa puede vencer fácilmente con miras a transformar el cuerpo desde lo material hasta lo eterno. Los chinos admitían que todo el mundo no podría sufrir tal transformación durante su existencia. Sin embargo, insistían en el hecho de que los ejercicios deben realizarse a un ritmo cotidiano para poder obtener al menos una salud perfecta y la felicidad durante toda su existencia. Tenían la impresión que cada hombre y cada mujer tenía el derecho de vivir una vida liberada de todo dolor físico, de alteraciones mentales y del egoísmo del espíritu. En una época en que ¡a mayoría de la gente enfoca el hecho de envejecer con un sentimiento de agitación, este sistema de los Ejercicios Internos representa un viraje decisivo apasionante.
El stress -que proviene del medio ambiente, de la sociedad o de uno mismo- engendra el miedo y la’ enfermedad. Hoy en día el hecho de envejecer evoca imágenes de hipertensión arterial, de arteriosclerosis, de embolia, de cáncer y de todas las enfermedades que se pueden imaginar. En estos últimos tiempos, los occidentales no encontraron muchas soluciones para terminar con el atraso. Hemos dejado nuestro cuerpo y nuestro espíritu debilitarse con sólo una esperanza superflua para retrasar el proceso de envejecimiento y alejar las enfermedades durante un cierto tiempo. Sin embargo el objetivo principal de los Ejercicios Internos es “fortalecer nuestro cuerpo y nuestro espíritu”. Ellos tienden a tonificar todos los sistemas internos, incluso el sistema emocional y espiritual. Efectuando estos simples ejercicios a un ritmo cotidiano, podemos enfocar la vejez con un sentimiento de tranquilidad y de interés, sabiendo que producimos en nosotros, año tras año, un sentimiento interior de vitalidad solamente porque llevamos una vida liberada del temor de las enfermedades futuras y de la debilidad debida a las enfermedades actuales. Únicamente cuando hayamos desarrollado este sentí miento de libertad y esta vitalidad interior podremos crear una base fértil sobre la cual nuestra verdadera naturaleza espiritual podrá alcanzar su plenitud. Y es sólo entonces que podremos tratar de tender a la transformación de nuestro cuerpo material para conseguir el eterno.
El estado de armonía da la impresión que ya no hay más ni bien ni mal, ni positivo o negativo, ni esto o aquello, ni enfermedad o temor. Cuando un hombre sana a menudo es necesaria recordarle lo que antes lo hacia sentir mal. Cuando se llega a este punto, fácilmente se tiene tendencia a abandonar toda ejercicio. Entonces se puede volver a caer por descuido en la debilidad y en la enfermedad. Por consiguiente, es necesaria primero un gran sentida de la disciplina para perseverar, como se debe hacer en todo esfuerzo. Esperamos sin embargo,que se desarrolle en aquel que practique los ejercicio, un sentimiento interior de disciplina, sentimiento que lo o la hará avanzar con un movimiento de interés constante. Este movimiento proviene de la comprensión del completo desarrollo y del sentimiento de bienestar aportado por la práctica continua de estas Ejercicios Internos.
Los Ejercicios Internos son fáciles de hacer, no exigen gran actividad ni mucho tiempo. Es un regalo de los antiguos Taoístas al mundo occidental, y si se los utiliza con seriedad y apreciando su valor preciso, ampliamente valdrá la pena dedicarles tiempo y energía. Fueron perfeccionados según las leyes naturales de lacuración, y no es preciso apresurarse a “dominarlos”. Tome su tiempo y deje que cada ejercicio haga nacer una sensación, y será recompensado por abundantes tesoros.
Nosotros seguimos de muy cerca la progresión antigua establecida hace siglos por la práctica de los Ejercicios Internos Estimulantes. Se comienza con el Ciervo, la Grulla y la Tortuga, y se continua con los otros ejercicios que actúan para curar los sistemas internos y externos del cuerno. Una vez que se tiene el dominio de estos primeros ejercicios, se pasa a las técnicas de meditación y de respiración. Las prescripciones especiales para la curación pueden ser seguidas cada vez que sea necesario. Se puede lograr la competencia y liberarse de numerosas debilidades y enfermedades anteriores, de tres a seis meses después del comienzo de los primeros ejercicios. Sin embargo, la competencia en las técnicas de meditación y de respiración puede exigir de uno a veinte años. Los beneficios se acumulan en el transcurso del proceso, y esto nos permite observar sus progresos de vez en cuando. Esperamos que el sentimiento creciente de vitalidad y de bienestar que usted experimentará baste para que se mantenga en la vía del enriquecimiento físico, mental y espiritual.
Los antiguos Taoístas comprendieron que el cuerno humano no podría vivir si no tuviera un continuo aporte de energía en los tejidos y los órganos. Se dieron cuenta que la salud era un estado de equilibrio de la energía en el interior del cuerpo y que la enfermedad aparecía cuando había agotamiento de la energía o debilidad. Mucha energía que necesitamos viene de los alimentos que comemos y del aire que respiramos. Sin embargo, así como un automóvil costoso, el cuerpo debe estar cuidadosamente regulado sí se quiere que funcione bien y que utilice la energía en su máximo nivel. A través de los siglos, las siete glándulas. en el interior del cuerpo fueron consideradas como centros de energía, responsables de la regulación de la corriente de la energía en los diferentes sistemas del cuerpo. Las siete glándulas del cuerpo son, en orden ascendente: las glándulas sexuales (macho: próstata y testículos; hembra: los ovarios, el útero y las glándulas mamarias o senos) que regulan la secreción de la hormona, la energía y la reacción sexual y la reproducción; las glándulas suprarrenales que suministran el funcionamiento de los riñones, de la piel y de la columna vertebral; el páncreas que ayuda a controlar la digestión, el porcentaje de azúcar en la sangre y el calor del cuerpo; el timo que gobierna al corazón, los pulmones y los huesos del cuerpo; la glándula tiroides que mantiene el metabolismo de las células del cuerpo; la hipófisis que rige la mente, la inteligencia, la memoria, la cordura y el pensamiento; y la glándula pineal que afecta directamente a las otras glándulas por sus secreciones y gobierna nuestra comunicación en un plano espiritual.
Se puede representar las siete glándulas como recipientes vinculados uno al otro por una serie de arterias o de tubos. Cada recipiente (glándula) depende de los otros por su abastecimiento de líquido (energía). Si el recipiente A (las glándulas sexuales) se llena de líquido, este fluido circulará lentamente a través de las arterias hasta los otros seis recipientes. Lo mismo, si el recipiente C (el páncreas) llegase á perder una cantidad excesiva de su fluido (por un escape cualquiera), cada uno de los otros recipientes daría una parte de su reserva para volver a establecer el equilibrio en el interior del sistema. La energía circula en nuestro cuerpo de manera similar. Se produce un estado de debilidad o de predisposición a la enfermedad cuando un sistema, o en este caso una glándula es, a causa de una cierta razón, privada de energía. Nuestra tarea consiste entonces, no solamente en restablecer el equilibrio de la corriente de energía para superar esta debilidad, sino también en estimular la corriente de energía para elevar al máximo su nivel en el interior del cuerpo. Gracias a este incremento de la energía, podemos suprimir nuestra debilidad del momento y curarnos, y también podemos utilizar el nivel superior de la energía para dilatar nuestros centros espirituales.
Las glándulas sexuales constituyen la base del sistema glandular. Los Chinos designan a estas glándulas las siete casas de base del cuerpo. Debemos comprender que las siete glándulas se sostienen mutuamente en un orden ascendente. Si las seis primeras glándulas no están completamente llenas, la séptima o casa espiritual no estará llena tampoco. Enseguida podemos darnos cuenta que sí sacáramos a través de la cirugía, una de las glándulas del sistema, habría una pérdida permanente o un desequilibrio en el cuerpo. Por esta razón, en el sistema chino de medicina, se analizan todos los medios de los cuales se dispone antes de realizar una operación, sobre todo si se trata de las glándulas sexuales (histerotomía o prostactectomía), porque ellas forman la casa de base que sostiene todo el resto. Sin embargo, en caso de ablación de una glándula, los Ejercicios Internos resultarían importantes por la energía continua que aportarían al cuerpo, por temor de que la persona no caiga en un estado de debilidad aún mayor. Por otra parte, no es necesario esperar que las siete casas estén llenas para comprobar las ventajas del influjo suplementario de energía que resulta de la práctica de los Ejercicios Internos. En algunas semanas se puede comenzar a notar que la energía se despierta o se recarga en el cuerpo, que los síntomas de la enfermedad se atenúan o que la conciencia y los poderes espirituales o psíquicos aumentan.
Haciendo trabajar los músculos del ano y del recto, se puede fortalecer, estimular y llenar de energía las glándulas sexuales. Esta simple acción proporciona energía al timo, que a su vez hace subir la energía hasta las diferentes glándulas que se encuentran arriba. Este ejercicio tomó el nombre del ciervo porque se observó que este animal estimulaba constantemente sus glándulas sexuales agitando la cola de un lado al otro durante toda su vida. En toda la antigüedad, los cuernos del ciervo fueron muy apreciados en medicina. Se piensa que la eficacia del producto proviene de la circulación permanente de la energía desde las glándulas sexuales del ciervo, a través de su sistema glandular hasta su cabeza y sus cuernos. En realidad, los cuernos constituyen una forma de energía concentrada, extremadamente poderosa, acumulada en forma material.
Los Taoístas comparan las glándulas sexuales con un horno que, cuando está convenientemente lleno de leña y de fuego (estímulo y energía), da calor (energía) al resto de la casa (el cuerpo). El ejercicio del Ciervo es pues, un elemento de construcción de base, de fundamental importancia en el sistema de los Ejercicios Internos. El fin de este ejercicio es producir energía sexual en el cuerpo. Muchas veces cuando un individuo comprueba que su energía sexual crece, tiene tendencia a aumentar sus hazañas sexuales. El Taoísmo tiene en cuenta esta posibilidad, pero considera que la promiscuidad es una violación de las leyes naturales de la curación. Todo lo que se practica con exceso conduce a la debilidad o al agotamiento de la energía. Por otra parte, llevar una vida sexual normal y activa, sin hacer nada para recrear la energía perdida durante las relaciones sexuales, es como si se consumiera una vela en los dos extremos.
Uno de los secretos para una juventud perpetua, es mantener una reserva de energía teniendo órganos sexuales fuertes. Es uno de los efectos del ejercicio del Ciervo. (Existe también un tratado especial sobre la manera conveniente para utilizar este suplemento de energía sexual). Sería imposible aquí una larga disertación. El objetivo del autor es únicamente llamar la atención a aquel que practica este ejercicio en cuanto a la posible trampa e invitar al lector a que más adelante estudie la sexología del Taoísmo.
Otro efecto del ejercicio del Ciervo es reforzar los músculos del ano y del recto. A medida que pasan los años y el hombre se vuelve viejo y débil, la abertura del ano tiende a aflojarse y a ablandarse. Por eso muchas personas de edad avanzada, o bien los que perdieron el uso de los nervios que controlan el ano, ya sea por parálisis o un ataque, tienen mucha dificultad para controlar sus intestinos. Los músculos del ano que se atrofiaron favorecen el ataque rápido de enfermedades tales como la hemorroides y el cáncer. En conclusión, uno de los secretos para mantenerse joven en la vejez es hacer trabajar los músculos para que sean todavía fuertes.
En el hombre, la próstata se encuentra detrás de los músculos del ano. La contracción de los músculos del esfínter hace trabajar la próstata y la favorece. Esto impide o mejora muchas enfermedades que afectan a la próstata tales como la hipertrofia debida al envejecimiento o de las alteraciones causadas por la debilidad o el cáncer. Es una ventaja para los hombres de más de cuarenta años que tienen tendencia a tener problemas de próstata.
En la mujer, la contraccióndel ano hace bajar la vagina y la fortalece. Este estímulo ayuda a curar y prevenirdiferentes alteraciones tales como la colitis y la vaginitis así como otros problemas relacionados con la vagina y el útero.
El Ciervo es entonces un ejercicio físico lo mismo que mental y espiritual. Mejora las capacidades sexuales porque reconstituye las reservas de energía en el cuerpo. Aumenta la fertilidad y la fortalece. Con el tiempo, los procesos mentales también aumentan y muchas veces resulta un desarrollo de las facultades psíquicas y un sentimiento creciente de calma interior, que constituye una necesidad previa al desarrollo de nuestros centros espirituales.
EL EJERCICIO DEL CIERVO PARA EL HOMBRE
Se puede elegir la posición más cómoda, acostarse de costado, ode espaldas, sentado o parado. (Sírvase leer el capítulo 3, “Vivir con todo el cuerpo”, para saber cuál es la mejor manera de estar sentado, acostado o parado).
Primero frote muy fuerte las palmas de las manos. Esto calienta las manos y lleva la energía del cuerpo a las palmas y a los dedos. Con la mano derecha rodee los testículos de manera que la palma recubra completamente el escroto (para realizar este ejercicio es mejor estar desnudo). No oprima; sólo se debe sentir una ligera presión como así también el calor de la mano penetrando en los testículos. Coloque la palma de la mano izquierda en la región del pubis, dos centímetros y medio por encima del ombligo. Haga girar la mano ya sea en el sentido de las agujas de un reloj o en sentido inverso 81 veces efectuando una ligera presión, de manera que un calor suave comience a hacerse sentir en la región del pubis. Luego cambie de mano sin antes olvidar frotarse muy fuerte las manos para producir el calor. Repita el movimiento circular Frotando 81 veces la mano derecha sobre el pubis.
En el Taoísmo, el número 9 es el del Yang, o energía positiva elevada. De allí que 9 x 9 sea 81, o la energía más elevada del Yang. Entonces, se frota 81 veces en esta pose. Mientras frota con la mano, concentre toda su atención en la imagen de un fuego que crece en el interior de los órganos sexuales el centro del cuerpo. Mantenga el esfuerzo de su espíritu. Esta forma de concentración, o meditación taoísta, ayuda a aumentar la energía creada por el ejercicio del Ciervo, y a unificar el cuerpo y el espíritu formando así un conjunto equilibrado.
Después de haber realizado esta parte del ejercicio con cada mano, contraiga los músculos que rodean el ano. Cuando se lo hace correctamente, se tiene la impresión que el aire es aspirado en el recto. Apriete tan fuerte como pueda y aguante tanto tiempo como le sea posible sin estar molesto. Como para todos los ejercicios taoístas usted no tiene necesidad de forzar. Es contrario a las leyes naturales de la curación y esto crea una tensión excesiva para el sistema. Haga el ejercicio hasta que se canse. Deténgase, luego retómelo cuando haya descansado. Al principio es posible que contraiga el esfínter solamente algunos segundos. Persevere y después de algunas semanas, usted podrá contraer los músculos durante un buen momento sin resentirse por la fatiga y la tensión. Si lo hace correctamente, una sensación agradable lo invadirá, desde la base del ano, pasando por la columna vertebral, para llegar al extremo de la cabeza. Esto se debe a la presión que se ejerce sobre la próstata, suavemente masajeada por la contracción de los músculos del ano. De este modo, la energía sexual es derivada a través del sistema glandular hasta el extremo de la cabeza y a la glándula pineal.
Cuando usted siente que llega a controlar bien los músculos del ano, puede realizar la contracción anal mientras hace la primera parte del ejercicio del Ciervo. Este ejercicio puede hacerse independientemente o al mismo tiempo que los otros ejercicios, es muy importante para fortalecer el recto y la próstata. Entre otros, este ejercicio cura o previene las hemorroides y cura las alteraciones de la próstata tales como la atonía, la hipertrofia y el cáncer. Fortifica las terminaciones nerviosas alrededor del pubis y del pene y puede servir para tratar los problemas de impotencia y de eyaculación precoz. La contracción delos músculos del ano favorecerá también el desarrollo del glande o extremidad del pene, lo que dará al hombre sensaciones todavía más agradables durante las relaciones sexuales. Es fundamental aprender a controlar los músculos del ano si se quiere dominar los últimos Ejercicios Internos de meditación y de respiración. Estos músculos se pueden representar con una puerta o una cerradura. Cuando están cerradas, separan lo alto del cuerpo y permiten que la energía se cree y se junte. en el canal abdominal. Sin esta sensación de energía, será imposible estimular correctamente los órganos sexuales y a su vez, las otras glándulas del cuerpo. Es esencial entonces obtener el dominio de esta cerradura si se quiere fortificar suficientemente su sistema para comenzar a estimular los centros espirituales del cuerpo.
Haga este ejercicio a la mañana cuando se levanta y a la noche antes de acostarse. (Si no lo puede hacer en ese momento, bastará una vez por día). Si se produce una erección en el momento en que realiza el ejercicio coloque el dedo pulgar que rodea los testículos en la base del pene cerca del pubis y apoye bruscamente mientras masajea la región del pubis con la otra mano. Esto impedirá que la sangre llegue al pene y aumentará al máximo la acumulación de la energía en las glándulas sexuales. (La sexología taoísta trata la cuestión del verdadero orgasmo sin eyaculación para controlar la pérdida de energía durante la masturbación o las relaciones sexuales. La Regla subraya que no se debe desear la eyaculación a continuación de este ejercicio o en otros momentos, excepto que sea con el fin de procreación, porque esto disipa la energía que comenzó a acumularse a continuación de este ejercicio. El Taoísmo destaca la utilización correcta de la energía sexual, y no la supresión de la sexualidad).
Es preciso practicar una higiene correcta al mismo tiempo que los Ejercicios Internos. Cada día debemos tomarnos tiempo para lavar nuestro cuerpo entero, incluso los orificios naturales. Las convenciones sociales nos acostumbran a lavamos cuidadosamente la cara, la boca y los dientes. Muchas veces no nos lavamos el ano a causa del tabú social que rodea esta región particular del cuerpo. No obstante, tómese tiempo para limpiar el ano y los órganos genitales externos para que los microbios y las heces no puedan juntarse, lo que puede provocar infecciones, hemorroides y otras debilidades en esta parte del cuerpo. Remítase también al Saludo al Sol y a otros ejercicios dados en este libro que actúan estimulando las regiones anales y genitales del cuerpo.
EL EJERCICIO DEL CIERVO PARA LA MUJER
Siéntese sobre el piso o sobre una cama adoptando una posición cómoda. Siéntese de tal modo que pueda apoyar Uno de los talones en la abertura de la vagina. Será necesario efectuar una presión regular y bastante fuerte del talón sobre la vagina para que el talón se apoye con firmeza en el clítoris. Si no le es posible colocar el pie en esta posición, utilice un objeto redondo y duro tal como una pelota dura, para apoyar en la vagina y el clítoris. Es posible que experimente una sensación agradable debido al estímulo de la región genital y que, por consiguiente, haya una formación de energía sexual. Comience por frotarse las manos muy fuerte. Esto calienta las manos y aporta la energía del cuerpo en las palmas y los dedos. Coloque sus manos sobre los senos, de modo que sienta penetrar el calor de las manos en la piel. Ahora frote con las manos realizando un movimiento circular hacia el exterior. La mano derecha girará en sentido contrario a las agujas de un reloj y la mano izquierda girará en el sentido de las agujas.
Efectúe este movimiento circular por lo menos 36 veces y como máximo 306 veces. Al principio, sus brazos se cansarán fácilmente. Pero con entrenamiento y paciencia, usted podrá hacer este ejercicio sin cansarse. Este movimiento de fricción de las manos se llama “dispersión”, y permite evitar o curar los tumores o el cáncer de mamas. Se puede invertir el movimiento de las manos y girar hacia el interior: en ese caso la mano derecha gira en el sentido de las agujas de un reloj y la mano izquierda en sentido contrario. Esto se llama “estímulo” cuyo efecto es aumentar el volumen de los senos. Mientras frota, concéntrese a fondo en lo que hace. Esta forma de concentración o de meditación ayuda a unificar el espíritu y el cuerpo en un todo espiritual y equilibrado. Mientras hace este ejercicio, sentirá un calor o un fuego extenderse en el pecho y/o en la región genital. Esto confirma que la energía sexual está formándose en el cuerpo.
Después de haber terminado esta parte del ejercicio del Ciervo, contraiga los músculos de la vagina y del ano como si tratara de cerrar los dos orificios. Si lo hace correctamente, tendrá la impresión que el aire es aspirado en el recto y la vagina. Contraiga estos músculos tanto tiempo como pueda sin incomodarse, luego aflójelos y vuelva a comenzar. Es posible que experimente una sensación agradable, subiendo de la región genital, a lo largo de la columna vertebral, hasta el extremo de la cabeza. Esto proviene de la formación de la energía sexual que es dirigida, a través del sistema glandular, basta la cabeza y la glándula pineal. Como para todos los ejercicios taoístas no es necesario hacer esfuerzo. Es, y esto debería ser, un ritmo natural. La primera vez que cierre el ano, es probable que mantenga la contracción sólo por un instante, pero con el tiempo, comenzará a aumentar el número de contracciones anales como así también su duración.
Cuando llegue a controlar bien los músculos del ano, usted podrá al mismo tiempo frotar las manos y realizar este ejercicio. Esta contracción de los músculos del ano y de la vagina puede hacerse independientemente osimultáneamente con los otros ejercicios.
Este ejercicio produce efectos numerosos y notables. Fortifica los músculos de la vagina y del recto y previene o cura las hemorroides. Cura opreviene las alteraciones de la vagina tales como las infecciones, las pérdidas, la colitis, la leucorrea y las alteraciones menstruales. Aumenta la circulación en los órganos sexuales y estimula la región del pubis. Ayuda a conservar la juventud y la belleza gracias a glándulas sexuales (útero, senos y ovarios) fuertes y llenas de energía. Permite reforzar la energía en el cuerpo y crea un aura en torno de la persona que practica el ejercicio. También ayuda al desarrollo de su capacidad psíquica.
No. se aconseja a las mujeres practicar este ejercicio durante la menstruación. Naturalmente, en ese momento se produce un desequilibrio hormonal en el cuerpo y el ejercicio del Ciervo podría acentuar el desequilibrio. Tampoco aconsejable que las mujeres practiquen este ejercicio durante el embarazo, porque la energía creada por el ejercicio y el estímulo acrecentado de las glándulas, podrían provocar un parto prematuro.
Algunas mujeres pueden notar que sus reglas se detienen a causa de la práctica del ejercicio del Ciervo. No deben alarmarse, sin embargo, la interrupción de las reglas es uno de los efectos secundarios saludables del ejercicio del Ciervo. En efecto, la hemorragia inútil y la pérdida de nutrición que resulta de ellas pueden ser evitadas y al contrario, utilizadas para reforzar el sistema femenino y equilibrar el organismo. El ciclo menstrual normal se recuperará al dejar la práctica del ejercicio del Ciervo. No habrá efectos secundarios nocivos. Los Taoístas hablan de este fenómeno como del “regreso de la sangre” para que nuevamente pueda estimular la energía del cuerpo entero y principalmente de los órganos sexuales femeninos.
Es fundamental aprender a controlar los músculos del ano si se quiere tener el dominio de los ejercicios interiores de meditación y de respiración. Se puede representar estos músculos con una puerta o una cerradura. Cuando éstos están cenados, tanto en la mujer como en el hombre, separan la parte superior del cuerpo y permiten que la energía se cree y se junte en el canal abdominal. Sin esta creación de energía, es imposible estimular correctamente las órganos sexuales, y a su vez, las otras glándulas del cuerpo. Es esencial entonces obtener el dominio de esta cerradura si se quiere fortificar suficientemente su sistema para estimular los centros espirituales elevados del cuerpo.
Haga este ejercicio a la mañana al levantarse y a la noche antes de acostarse. Si el momento no es conveniente, bastará una vez por día. Los consejos de higiene dados a los hombres un poco más atrás son los mismos para las mujeres. Se debe cuidar el ano y los órganos genitales externos en un estado de limpieza perfecta, libres de microbios y de heces. Remítase también al Saludo al Sol y a los otros Ejercicios Interiores que actúan estimulando las regiones anales y genitales del cuerpo.
EL EJERCICIO DEL CIERVO EN POSICIÓN DE ACOSTADO
Cuando la posición de sentado es imposible, se la puede reemplazar por la posición de acostado. Comience por acostarse sobre el costado derecho. (Como el ejercicio del Ciervo no dura mucho tiempo, puede acostarse sobre el costado derecho o izquierdo sin cansar al corazón). La pierna izquierda debe estar completamente extendida, mientras que la pierna derecha, rodilla replegada, por encima. El brazo izquierdo está estirado sobre el piso, la palma hacia abajo, cerca de la pierna izquierda, el brazo derecho está colocado, la palma hacia abajo, delante del cuerpo. Deslizar un almohadón debajo de la cabeza para evitar que el cuello duela. Esta posición abre la pelvis, de modo que se puede contraer fácilmente el ano y el recto. Efectúe los movimientos que se indicaron en el ejercicio del Ciervo. (Se puede abstener de frotar la mano sobre el pubis si es demasiado penoso. La ventaja principal de este ejercicio es la contracción de los músculos del ano).
Practique al mismo tiempo la respiración tal como es enseñada en el ejercicio de la Grulla para completar esta posición. Repita la respiración doce veces, contrayendo al mismo tiempo los músculos del ano. Usted podrá practicar este ejercicio cuando está acostado al sol para que bañe el ano y el cuerpo con su luz, que produce la energía y acrecienta la salud. Rogamos referirse al capítulo 4 para tener una descripción completa del ejercicio de la Contemplación del Sol.
LA GRULLA
Si se quiere vivir mucho tiempo y con buena salud, es preciso tener un sistema interno vigoroso, comprendiendo los músculos abdominales, los órganos internos, los pulmones y el sistema circulatorio. El ejercicio de la Grulla fue perfeccionado por los primeros Taoístas chinos para dar energía y fuerza a estos sistemas. La posición tomó, con justa razón, el nombre de grulla, porque parece que este pájaro está constantemente estimulando su región abdominal. Mientras está parada, la grulla dobla una pata bajo su vientre; ejerciendo una presión sobre sus músculos abdominales y sus órganos internos, lo que estimula y refuerza su aparato digestivo, respiratorio y circulatorio.
A lo largo de la historia, como en la época moderna, el hombre sufrió numerosos problemas agudos o crónicos de abdomen, tales como la constipación, la diarrea, las úlceras, los divertículos y el cáncer de estómago, de los intestinos y del colon. Todas estas enfermedades tienen una causa parecida -la debilidad de una o varias partes del aparato digestivo-. Cuando un tejido o un órgano está débil, está fácilmente sujeto a la enfermedad, y mientras mayor es la debilidad, más se acentúan los síntomas. El aparato digestivo es controlado por los músculos lisos involuntarios. Es preciso entonces encontrar el medio de tener el control de estos músculos y órganos. Debemos obligar a moverse, a trabajar al estómago, a los intestinos y al colon para que puedan fortificarse. Normalmente, cuando respiramos, los pulmones se inflan adelante hacia el pecho. El ejercicio de la Grulla empuja los pulmones hacia abajo y como los intestinos no tienen suficiente lugar, son expulsados hacia el exterior contra la pared abdominal en forma de ovillo pequeño. Este movimiento suprime la constipación favorece la absorción de los alimentos, y fortifica el sistema digestivo completo, estimulando los pulmones y el sistema circulatorio. De este modo, los microbios que nos invaden no encuentran un medio favorable para su proliferación porque las deposiciones son muy fuertes y muy regulares. Por lo tanto no es fácil enfermarse. La Grulla también aumenta la circulación en los músculos y los órganos del abdomen, y disminuye la cantidad de colesterol y de grasas en la sangre. La posición ayuda a curar el asma gracias a su acción sobre los pulmones, y como los pulmones y la piel forman un conjunto, la posición ayuda a curar las alteraciones de la piel, por ejemplo las erupciones y las irritaciones.
La mala manera de respirar es una de las causas principales de debilidad y de enfermedad en el cuerpo. Se tiene tendencia a respirar utilizando solamente la parte superior de los pulmones y raramente se utiliza la parte inferior. Por cada inspiración, en una jornada típica, cambiamos alrededor de medio litro de aire. Si respiráramos muy profundamente, haríamos entrar tres litros y medio más todavía. Lo mismo al inspirar a fondo, dejaríamos tres litros y medio más de aire en los pulmones. Nos damos cuenta enseguida que con nuestro hábito de respirar superficialmente sólo recibimos un décimo de la capacidad de aire de nuestros pulmones por cada respiración. Las alteraciones tales como los dolores de cabeza, la indigestión y los vértigos provienen de la falta de oxígeno en la sangre. La mala circulación, problema de la vejez y que cada vez afecta lamentablemente a las personas jóvenes, resulta de esta mala manera de respirar.
El aire que respiramos contiene oxígeno. nitrógeno, anhídrido carbónico y otros elementos, necesarios para sobrevivir. El aire que respirarnos contiene también energía, sin la cual no podríamos sobrevivir. Esta energía se llama Chi (Qi). Es la energía vital del cuerpo. Ahora comprendemos por qué es fundamental que respiremos bien, porque dependemos del aire que respirarnos, ya que no es solamente por el oxígeno -que es el combustible con el cual nuestro cuerpo funciona-, sino por la “energía” que incorporamos, que es la chispa de la vida, sin la cual nos debilitaríamos rápidamente y nos moriríamos. Es preciso entonces hacer trabajar la parte inferior de los pulmones. Para esto deberíamos seguir el ejemplo de la Grulla. Constituye verdaderamente un ejercicio de base en el sistema Taoísta de los Ejercicios Internos. La respiración, tal como se enseña en la Grulla, es también la base de las futuras técnicas avanzadas de meditación y de respiración que presentaremos más adelante.
EL EJERCICIO DE LA GRULLA
Esta postura puede practicarse parado, sentado o acostado. Comience por frotarse vigorosamente las manos. Nuevamente esto crea calor en las manos y hace pasar la energía del cuerpo en las palmas y los dedos. Coloque las manos, la palma abajo, sobre la parte inferior del abdomen de manera que descansen a cada lado del ombligo. Ahora comience a soplar nuevamente, y al mismo tiempo apoye suavemente con las manos para que el abdomen forme un hueco. Este movimiento obliga a que el aire salga del abdomen y de la parte inferior de los pulmones. En este caso, las manos actúan como la pata de la grulla. Es importante imaginarnos que cada parcela de aire deja los pulmones. Cuando se termina completamente la espiración, comience a inspirar lentamente, e infle el vientre hacia el exterior para que se parezca a una pelota. Trate de no inflar el pecho -usted sólo debe utilizar los músculos del vientre al hacer la respiración de la Grulla. No es necesario forzar ni la inspiración ni la espiración. Con un constante entrenamiento, usted llegará a inflar y a vaciar el abdomen de manera fácil respirando muy lentamente. Absolutamente usted debe concentrar toda su atención en la región que rodea al ombligo e imaginarse que solamente respira con la parte inferior de sus pulmones. Al principio, las manos le sirven de guía para ayudarlo a aprender la postura. No obstante cuando ya se tiene el dominio de la postura, no hay necesidad de poner las manos sobre el abdomen. Una espiración completa seguida de una inspiración forma una unidad de respiración.
Una vez que domine la técnicade respiración, usted podrá practicar al mismo tiempo el cierre del ano descripta en el ejercicio del Ciervo contrayendo los músculos alrededor del ano. Esto aumentará la fuerza de la postura y energía creada haciendo el ejercicio de la Grulla lo misma que los beneficios que resultan.
La mañana es el mejor momento para hacer la respiración de la Grulla, si es posible frente al sol. El sol representa la vida y la energía positiva y debemos hacer penetrar esta vida en nuestro cuerpo tanto como podamos. Cuando inspire, imagine que esta energía vital entra en su cuerpo y lo llena por completo. Cuando espire, imagine que todas las toxinas y los desechos del organismo desaparecen. Al principio sólo podrá efectuar dos o tres unidades de respiración durante una sesión. Por consiguiente, será necesario realizar doce repeticiones cuando haga el ejercicio de la Grulla. Nunca olvide respirar lentamente. Posiblemente tenga ganas de hacer el ejercicio de la Grulla antes de acostarse. La postura masajea suavemente los órganos internos lo que calma al cuerpo, condición necesaria para un buen sueño. No se aconseja a las mujeres hacer el ejercicio de la Grulla durante el embarazo porque los movimientos de inflación y de contracción de vientre podrían causar sensaciones desagradables.
LA TORTUGA
Los antiguos textos taoístas cuentan la historia de una familia que escapó a la montaña durante una guerra. Se instalaron en una gruta en un rincón retirado de la montaña. Un día, un inmenso bloque de piedra destruyó la entrada, bloqueando de ese modo a toda la familia en el interior de la gruta. En vano intentaron abrir una salida, para liberarse, también se resignaron a que el azar permita a alguien descubrir sutriste suerte. Pasaron los meses y la familia esperó con ansiedad la muerte porque la reserva de alimentos se acababa. Un día, descubrieron una tortuga que desde el principio estuvo con ellos en la gruta. La tortuga permanecía tan inmóvil que hasta ese momento creyeron que se trataba de una piedra. Completamente fascinados, la observaron preguntándose cómo había podido sobrevivir hasta entonces. Los días siguientes, mientras la observaban, advirtieron que los únicos movimiento que realizaba la tortuga era sacar la cabeza de su caparazón y esconderla nuevamente. Algunas veces, se paraba para atrapar con la lengua una gota de agua caída en la bóveda. Era su única subsistencia. Muy pronto la familia se quedó por completo sin alimentos. Condenados al hambre sin nada que los guíe, se pusieron a imitar los movimientos de la tortuga con la esperanza que este simple gesto pudiera, de algún modo, mantenerlos con vida. Pasaron muchísimos años antes que se encontrara a la familia y que se levantara el bloque de piedra que les impidió su evasión. Al consultar los archivos, se advirtió que ¡habían transcurrido 800 años desde que la familia quedó encerrada en la gruta! La noticia de su supervivencia se difundió enseguida y sus compatriotas se sorprendieron al saber que sólo les había bastado algunas gotas de agua y un simple ejercicio imitando los movimientos de una tortuga para subsistir a través de los siglos.
Usted puede no creer en esta historia, solamente la contamos para incitar a la gente a seguir el ejercicio de la Tortuga, es una postura que estimula los nervios. Ella estira, estimula y lleva energía a todos los nervios del cuello, y éstos la llevan al cerebro y a las extremidades inferiores del cuerpo. El cuello forma un pasaje para todos los nervios que llevan al cerebro o vuelven por el sistema nervioso central. Si llegamos a controlar este conjunto de nervios, controlaremos el funcionamiento completo del cuerpo. Podemos cortarnos un brazoy estar vivos. Pero si nos cortamos la cabeza, la muerte llegará en el acto. Es preciso reconocer cuán importante es hacer trabajar esta parte del cuerpo, porque eso activa la circulación y arrastra los restos que, sin eso, alterarían el buen funcionamiento de los nervios de los tejidos, de las arterias y de las venas del cuello.
El ejercicio de la tortuga estira completamente la columna vertebral, estimula el cuello y fortifica los músculos de los hombros y suprime la tensión, el dolor y la fatiga en los músculos del cuello y de los hombros. Además, estimula y fortalece las glándulas tiroides y paratiroides, y mejora el metabolismo del cuerpo. Si todos los días se practica el ejercicio de la Tortuga, uno se siente más joven y colmado de una belleza interior que solamente resulta del buen funcionamiento de los sistemas internos de la energía.
Manténgase parado o sentado en una posición cómoda. (Las personas imposibilitadas pueden hacer acostadas el ejercicio). Sírvase remitirse al capítulo 3 para apreciar la manera correcta de estar sentado o acostado). Para comenzar, entre el mentón en el pecho y estire el extremo de la cabeza hacia arriba. Usted sentirá un estiramiento de la nuca hacia arriba y sus hombros se aflojarán hacia abajo. Luego lleve lentamente la parte posterior del cráneo hacia abajo, como para tocar la nuca. El mentón apuntará hacia arriba y la garganta estará suavemente estirada. Usted alzará entonces los hombros de cada lado de la cabeza como si quisiera hacerles tocar las orejas. Estos dos movimientos imitan a la tortuga que da su nombre al ejercicio, porque el animal hace entrar y salir la cabeza de su caparazón. Usted no tendrá necesidad de forzar los movimientos, pero tendrá interés en sincronizarlos con la respiración de la Grulla. En este caso, inspire mientras estira la cabeza hacia arriba; expire mientras lleva la cabeza hacia atrás, el mentón dirigido hacia arriba. De todas maneras, proceda lentamente, con movimientos naturales. Comprenda que probablemente le será necesario un cierto tiempo para efectuar este ejercicio con facilidad. En el plano médico, de la emoción y del espíritu, la perseverancia en la práctica de este ejercicio le aportará un tesoro de beneficios. Efectuando correctamente el ejercicio, inmediatamente sentirá una disminución de la tensión o del cansancio en el cuello o en la parte superior de la espalda.
Cuando practique el ejercicio de la Tortuga deberá repetir 12 veces los movimientos. El mejor momento para hacerlo, es la mañana al levantarse y la noche justo antes de acostarse. También puede practicar el ejercicio cada vez que sienta una tensión o rigidez en la nuca, los hombros o la parte superior de la espalda. Mientras hace el ejercicio de la Tortuga, mire derecho delante de usted, con una luz tenue o tamizada, o bien cierre los ojos ligeramente. Usted debe aflojar el resto del cuerpo y mantener los dedos apretados alrededor del pulgar como para cerrar el puño. El bloqueo de la mano impide que la energía se escape a través de la mano. Nunca olvide de concentrarse en lo que hace. Si se pierde el espíritu, hágalo volver lentamente. Al concentrar todos sus pensamientos en los movimientos que realiza el cuerpo practicando el ejercicio de la Tortuga, usted aumenta los beneficios de la postura y favorece la unión del cuerpo y el espíritu. Es un consejo importante que debe conservar en el espíritu cuando practique todos los Ejercicios Internos Estimulantes.
LA REUNIÓN DE LOS TRES EJERCICIOS DE BASE
Una vez que haya logrado practicar con holgura cada uno de los tres ejercicios de base, realizados individualmente, entonces, se pueden asociar el Ciervo, la Grulla y la Tortuga, y hacer un solo ejercicio de base. Eso se hace combinando las diferentes partes que componen cada ejercicio. Lo esencial, es efectuar al mismo tiempo el estiramiento del cuello aprendido en la Tortuga, la respiración aprendida en la Grulla y el cierre del ano y frotar las manos enseñadas en el Ciervo. Eventualmente puede eximirse del frote de las manos y practicar solamente el cierre del ano. Al principio puede parecer un poco complicado, pero si se adquirió un buen entrenamiento en cada ejercicio individual, no debería llevarle mucho tiempo para dominar la técnica de asociación.
Cada uno de los tres ejercicios, al igual que la técnica de asociación cuando se la haya dominado, debería ser ejecutado diariamente, preferentemente una vez por la mañana y nuevamente por la noche para sacar un máximo de beneficio. Si uno se contentara con practicar estos tres ejercicios de base, estaría en mejores condiciones de salud. La Grulla fortifica y estimula los aparatos circulatorio y digestivo. Si éstos están en perfecto estado, no será fácil que sean atacados por la debilidad y la enfermedad. Para aquel que lo practique, el Ciervo estimula en un plano físico como espiritual. Aumenta la energía sexual y asegura el equilibrio del sistema hormonal y glandular. Se dice que si se posee glándulas sexuales potentes, no se puede envejecer. La Tortuga estimula los nervios y fortifica el cerebro, la columna vertebral y la región del cuello. El hecho de tener un sistema nervioso central en buen estado, favorece el equilibrio de la energía mental y eventualmente aporta la paz del espíritu.
Las enseñanzas taoístas son muy prácticas. Nos enseñan que cada uno de nosotros es responsable de su propio estado físico, mental y emocional, lo mismo que espiritual. Es necesario hacer los ejercicios diariamente. Haga los ejercicios un día a la vez. Es preciso proceder paso a paso. No hay necesidad de apresurarse para llegar a alguna parte, porque es un procedimiento de expansión, y eso nunca debe ser precipitado. Solamente es preciso tomarse su tiempo y demostrar interés para continuar con los ejercicios. Con el tiempo, obtendrá la capacidad para viajar al interior de su propio cuerno y curarse. Armonizando lo físico y lo mental, se prepara un terreno favorable para la expansión espontánea de la inteligencia y para un buen equilibrio espiritual. Todas las enseñanzas taoístas hacen hincapié en este punto primordial.