El libro de los ejercicios internos 05
Doctor STEPHEN T. CHANG
EL LIBRO DE LOS EJERCICIOS INTERNOS
Parte 5ª
LA REDUCCIÓN DE PESO
Ser obeso es peligroso para la salud. Eso no significa que está mal ser obeso, sino simplemente que va en contra de las leyes naturales de la curación. Si usted comprende cuán nociva para la salud es la obesidad, no tendrá ganas de ser obeso. La sangre que normalmente se envía a la cabeza y al cerebro, permanece en la cavidad abdominal para ayudar a los órganos digestivos en su trabajo suplementario. El corazón tiene más trabajo (y a causa de esta tensión excesiva alcanza un grado de debilidad crítico que corre el riesgo de fallar debido a la infiltración cargada de lípidos o grasas), la sangre circula con más lentitud en las venas y las arterias, lo que provoca la hipertensión arterial. Se dice que si su vientre es más grande que su pecho, puede comprar un ataúd y preparar su entierro. La obesidad provoca la fatiga y la pereza físicas y mentales, es por eso que el organismo está completamente agotado. Generalmente se sienten dolores en la parte inferior de la espalda porque la columna esta sobrecargada de peso. El ejercicio de reducción del peso contribuye a recuperar un peso razonable y ayuda a devolver a la espalda la fuerza y la salud. Al hacer este ejercicio, recuerde que no es necesario forzar o ir más allá de sus límites. Trate de adquirir paciencia y perseverancia durante el entrenamiento. Piense en términos de meses antes que de días y podrá reducir su excesivo peso y tonificar su cuerpo para alcanzar un nivel normal de salud.
Primero párese contra una pared de modo que los talones, as nalgas, la parte superior de la espalda y la cabeza descansen contra la pared. Inspirando por la nariz, estire el cuerpo hacia arriba, y entre el vientre dentro de lo posible, de manera que el pecho se infle ampliamente. Los brazos cuelgan a los costados. Debería tener la impresión que sus hombros se ensanchan y se apoyan en el muro. Ahora espire por la boca tan rápido como pueda. Espire a fondo y saque el vientre. El cuerpo entero se encogerá automáticamente en el momento de la espiración si usted lo hace bien.
Repita esta serie de inspiración-espiración de 7 a 12 veces. Con una práctica constante usted notará que los músculos del abdomen y del cuerpo se encogerán y se volverán tónicos y fuertes. El exceso de grasa y de agua en los músculos será eliminado, y el vientre se volverá plano.
Aléjese de la pared y eleve los talones del piso, tanto como pueda, manteniéndose sobre la punta de los pies. Conserve bien derecha la columna vertebral, pliegue ligeramente las rodillas como si quisiera poner los muslos paralelos al piso y bájese lentamente como sí se sentara en una silla. Los brazos harán un ángulo de 45º con el cuerpo. Respire regularmente y mantenga la pose de diez a veinte segundos, o más si es posible. Al principio le será imposible mantener derecha la espalda y los talones muy arriba. Con paciencia y entrenamiento, podrá mantener los talones perpendiculares al piso, los muslos paralelos y la espalda derecha. Esta postura refuerza y tonifica los músculos, las pantorrillas y los talones. Permite tener buenos músculos abdominales, aumenta la circulación en las piernas y en el cuerno, y al mismo tiempo fortifica la espalda y los nervios del cuerpo. También estimula los meridianos de la vejiga, de la vesícula biliar y del estómago. Estos meridianos se encuentran en las piernas, y así, esto permite disminuir la retención de agua y el exceso de peso, y hace bajar la tensión arterial. Practique siempre las dos partes del ejercicio en una sola sesión ya que las dos se equilibran y se complementan.
LA PARTE INFERIOR DE LA ESPALDA
El dolor en sí no es una enfermedad sino más bien signo de que existe una insuficiencia o que se está desarrollando. El dolor lumbar no es una excepción, los lumbagos, las lordosis, las hernias de disco y otros problemas de espalda, limitan los movimientos y provocan un dolor inútil. El ejercicio de la parte inferior de la espalda tiene como objeto fortificar la columna vertebral, los músculos de la zona del abdomen, las vértebras, el coxis y los riñones. Cuando se lo hace diariamente, permite curar los problemas de la parte inferior de la espalda.
Colóquese en posición de sentado, llevando las rodillas contra el pecho. Ponga los brazos alrededor de las rodillas y trate de atrapar los codos con las manos. Inspirando, enderece la columna vertebral y levante la cabeza, el mentón entrado. Luego, expirando, curve la espalda para que el bajo vientre forme como un ovillo, como si fuera a rodar para atrás. Acerque la cabeza a las rodillas. Repita este movimiento de enderezamiento y de flexión 7 veces. Siete es el número de la creación y este ejercicio favorece la creación de una espalda nueva. Haga todos los movimientos lentamente, concentrándose a fondo en la parte inferior de la espalda.
También se puede hacer el ejercicio acostado de espaldas. Con una mano, sienta el hueco formado en la parte inferior de la espalda. Pase la mano por debajo del coxis y trate de tocar el piso con la cavidad de los riñones. Cuando lo logró, vuelva a la posición inicial, aflojando la espalda, y empiece otra vez. Repita este movimiento 7 veces por sesión.
Siéntese cómodamente, en una silla preferentemente, los pies bien apoyados contra el piso, los muslos paralelos al piso y la columna vertebral bien derecha. Coloque la palma de la mano izquierda sobre el estómago. Inspirando, separe lentamente la palma de la mano derecha del pecho.
Debe concentrar su atención en la parte inferior de la palma. Mientras lleva el brazo y la mano hacia adelante imagine que empuja un objeto pesado con la parte inferior de la palma. Mientras lleva el brazo y la mano hacia adelante imagine que empuja un objeto pesado con la parte inferior de la palma. Los ojos deben seguir el movimiento de la mano derecha con mucha atención durante todo el ejercicio. Luego, espirando, lleve lentamente la mano derecha al pecho. Cada vez que practique este ejercicio haga este movimiento de ida y vuelta de la mano 7 veces.
Este ejercicio permite curar los males del estómago, las úlceras, la acidez, las inflamaciones y el cáncer de estómago. Permite desviar la atención del estómago. Mientras aleja la mano del pecho, concentre su atención o imagínese la energía mala del cuerpo que sale del estómago. Se crea un circulo de energía: mientras que la nueva energía entra en el estómago por la mano izquierda, la energía disminuida sale por la mano derecha. Para que sea eficaz, este ejercicio exige una profunda meditación en lo que se hace. Debe ser realizado lentamente, con una sincronización total de la respiración, de la mente y del movimiento de la mano.
Acuéstese sobre una superficie dura para que únicamente el costado izquierdo del cuerpo toque esta superficie. (Este ejercicio sólo puede hacerse acostado sobre el lado izquierdo). Extienda el brazo izquierdo a lo largo del cuerpo, la mano hacia la rodilla izquierda. El cuerpo reposa sobre el brazo izquierdo, que con fuerza aprieta el pecho y la región del corazón. La pierna izquierda extendida y la rodilla derecha ligeramente flexionada. El brazo derecho apoyado suavemente sobre el piso, delante del cuerpo, la mano un poco más arriba de la cabeza. Deje que la cabeza y la cara descansen en el piso. El brazo izquierdo debe ejercer una buena presión sobre el corazón para que éste se mantenga oprimido durante todo el ejercicio. Esto impide que el corazón reaccione con mucha fuerza. Ahora cierre los ojos y espire lentamente todo el aire de los pulmones. Mientras que el aire abandona el cuerpo, imagine o evoque en su mente la imagen de la enfermedad, de la debilidad y del dolor alejándose del corazón. Luego, mientras inspira lentamente, imagine que una energía limpia y fresca entra en el corazón para fortificarlo y revitalizarlo.
Al inspirar, usted puede imaginar blanca o un vapor caliente penetra en el corazón, invadiendo cada uno de sus recovecos. Al expirar, piense que la debilidad y la enfermedad salen del corazón con el vapor. Es preciso que limpie el corazón. Durante todo el tiempo la inspiración y la espiración deben ser lentas y solamente practicadas por la nariz.
Este ejercicio cura las enfermedades y las insuficiencias del corazón. Sin embargo, para que el ejercicio sea eficaz, usted debe concentrarse con todo el poder de su mente. Si se da cuenta que divagó, vuelva a comenzar. Por cada sesión repita la inspiración-expiración 7 veces. El ejercicio para el corazón puede practicarse por la mañana, al mediodía y por la noche, depende de la gravedad de la alteración. Si tiene débil el corazón, hágalo una vez por día. Si padece de palpitaciones o angina de pecho, hágalo al menos dos veces por día. Si tuvo una crisis cardíaca, es preciso hacer el ejercicio al menos tres veces por día. También se puede practicar este ejercicio como medida preventiva para mantener un corazón en buenas condiciones.
El ejercicio para estimular el corazón puede practicarse simultáneamente con el ejercicio para el corazón o independientemente de él. Manténgase de pie o sentado, en una posición cómoda, los brazos flexionados, las manos delante del pecho a la altura de los hombros. Los extremos de los dedos de cada mano casi se tocan pero es preciso dejar un espacio entre las dos manos. Fije los ojos en la punta de los dedos o bien ciérrelos suavemente. Trate de sentir una corriente de energía pasar entre los dedos, de una mano a la otra. Mantenga los brazos delante suyo tanto tiempo como pueda sin sentirse incómodo, y concéntrese en la corriente de energía. Deje descansar sus brazos durante algunos minutos, luego repita el ejercicio 3 veces en total.
Este ejercicio crea una corriente de energía que entra por los dedos de la mano derecha, atraviesa el pecho y penetra en el corazón, luego vuelve a salir del costado izquierdo por el brazo, la mano y los dedos. Atravesando el corazón la energía fortalece el tejido cardíaco y los vasos circundantes. Si al principio es incapaz de percibir la corriente de energía, dé pruebas de paciencia, y continúe practicando el ejercicio. Pronto comenzará a sentir una sensación de picazón en la punta de los dedos. Con entrenamiento podrá experimentar todo el circuito de la energía que atraviesa el brazo, el cuerpo y el corazón. Entonces sabrá que usted forma un corazón sólido.