Todo es energía
Todo es energía
Uno de los conceptos más malentendidos es sin duda “la energía”. Sin importar su verdadero significado, esta palabra ha sido utilizada para describir lo oculto, lo maligno, lo incomprensible, lo desconocido y lo profundo.
Deberemos tomar algunos minutos para comprender el concepto real de la energía, porque la mayoría de las terapias naturales utilizan, no solo el concepto, sino su verdadero valor para equilibrar, mantener o recuperar la salud.
El concepto de que todo es energía tiene bases científicas. Albert Einstein describió el hecho de que la materia y la energía son una y la misma cosa, cuando concluyó que E=mc2. Esta ecuación revela que la Energía es = a la Materia multiplicada por la velocidad de la luz al cuadrado…
Reveló que no vivimos en un universo con objetos físicos discretos separados por espacios muertos. El Universo, es un todo indivisible y dinámico en el que la energía y la materia están tan profundamente ligadas que es imposible considerarlas como elementos independientes.
Esto quiere decir que todo es energía y que lo que conocemos como materia es solamente la misma energía pero transformada, unida de manera tal que se convierte en algo que podemos tocar o percibir con algunos de nuestros sentidos.
La física quántica descubrió que los átomos físicos están hechos de vórtices de energía que constantemente giran y vibran; Cada átomo es como un trompo tembloroso que irradia energía. Debido a que cada átomo tiene su propia sintonía energética, el ensamblaje de de los átomos (moléculas) colectivamente irradian su propio patrón energético identificable. Así que cada estructura material en el universo, incluyéndonos nosotros, irradiamos una energía de patrón único o sea con una frecuencia especial.
Los átomos están hechos de energía invisible, materia no tangible.
Reconocer esto en el campo de salud es tan importante como conocer anatomía básica o cómo funciona nuestro cuerpo o que necesitamos comer para darle nutrientes al organismo.
Vamos paso a paso:
- Cada átomo es energía. Cuando los átomos se unen y forman las moléculas, están generan, viven y se desarrollan con energía.
- Las moléculas forman macromoléculas, organelos y células. Las células viven gracias a las sustancias químicas y a la energía.
- Las células unidas conforman los tejidos, los órganos y los sistemas del cuerpo. Finalmente, el cuerpo humano es un entramado de sustancias químicas y energía.
- Muchas enfermedades tienen que ver con los complejos sistemas bioquímicos, o sea, las sustancias que le damos al organismo o las que produce, pero muchas otras tienen que ver con desequilibrios en la parte energética o sea la energía.
Así mismo, los investigadores se han concentrado en investigar una gran variedad de señales físicas como hormonas, citoquinas, factores de crecimiento, supresores de tumores, mensajeros y iones. Pero la investigación ha sido basada en las vías convencionales materialistas o sea bioquímicas, y el papel de la energía ha sido totalmente ignorado.
El modelo reduccionista de la biología convencional (según Newton), se basa en la creencia de que los mecanismos del cuerpo físico pueden ser comprendidos tomando una célula separadamente y estudiando sus bloques de construcción químicos. Creen que las reacciones bioquímicas responsables de la vida se generan como una línea de producción tipo Ford; un químico causa una reacción, que genera otra reacción con otro químico diferente, etc. El flujo de información lineal de A a B, a C, a D a E, es muy diferente al modelo de la física quántica en el que todo tiene una relación estrecha.
Este modelo sugiere que si hay un problema en el sistema, una enfermedad o disfunción, seguramente hay una alteración en algún punto del flujo de producción química lineal y que proveyendo a la célula con una pieza de remplazo funcional por la que no funciona, como por ejemplo las drogas, el punto individual defectuoso puede, teóricamente, ser reparado y la salud restaurada.
Esta perspectiva revela que el universo es una integración de campos de energía interdependientes que están entrelazados en una red de interacciones. Los científicos biomédicos se han frustrado porque no reconocen la vasta complejidad de la intercomunicación entre la parte física y los campos de energía que constituyen el todo.
La visión quántica, es holística (1); los constituyentes celulares están tejidos en una compleja red de ciclos de comunicación con información cruzada, retroalimentación y pro alimentación. Una disfunción biológica puede surgir de la mala comunicación a lo largo de las rutas de flujo de información. Para ajustar la química de este complejo sistema interactivo, se requiere mucha más comprensión que solo ajustar uno de los componentes de los patrones de comunicación con una droga. Si se cambia la concentración de «C», no solo altera la acción de «D», sino todas las funciones.
Las disfunciones biológicas pueden resultar de un error en la comunicación en cualquier parte dentro de las complejas vías del cuerpo. Cuando se cambian los parámetros de una proteína en un punto determinado, inevitablemente se alteran los parámetros de otras proteínas en innumerables puntos dentro de las complicadas redes. Por ejemplo: las proteínas dentro de un grupo funcional, como aquellas concernientes a la determinación del sexo, también influencian a las proteínas con funciones completamente diferentes como las de la síntesis del ARN.
Los investigadores Newtonianos no han apreciado completamente la extensa intercomunicación entre las redes de información biológica celular.
Todo es energía y por lo tanto todo vibra a una frecuencia especial…
- El Holismo (del griego ὅλος holos todo, entero o total) es la idea de que todas las propiedades de un sistema dado, (por ejemplo, biológico, químico, social, económico, mental o lingüístico) no pueden ser determinados o explicados por las partes que los componen por sí solas o independientemente. El sistema como un todo, determina cómo se comportan las partes. Como adjetivo, holística significa una concepción basada en la integración total frente a un concepto o situación.
Dentro de esta ley de vibración encontramos que todo vibra, nada está en reposo. Todo está en constante movimiento. Desde lo mental hasta la materia más robusta, todo está en estado de vibración.
Desde el electrón hasta el universo, todo está en vibración.
Entre más alta la frecuencia, más potente se vuelve y mayor fuerza ejerce sobre todos los procesos de vida.
“La frecuencia energética es la unidad cuántica de energía que existe entre dos puntos. Todo ser vivo tiene una frecuencia energética» y gracias a ella interactuamos con absolutamente todo lo que nos rodea, personas, animales, plantas, aparatos electrónicos, objetos inanimados, etc.
La frecuencia de una oscilación es el número de veces que la propia oscilación se repite en un periodo de tiempo unitario.
En el caso de radiaciones como la luz y las ondas de radio, que son ambas oscilaciones electromagnéticas, la frecuencia se mide en ciclos por segundo o en Hertzios (Hz): 1 Hz = un ciclo por segundo. La unidad se llama así en honor del físico alemán Heinrich Rudolf Hertz, el primero en demostrar la naturaleza de la propagación de las ondas electromagnéticas.
Ahora podremos entender la enorme capacidad que tenemos de alterar, no solamente muchas de las funciones de nuestro organismo, sino también todo aquello que nos rodea. Claro, a través de la generación de energía creadora, positiva, enfocada a través de nuestros pensamientos.
Los pensamientos son pequeños transportadores de energía que se transforma. O sea que los pensamientos crean cosas; cosas positivas y negativas, cosas que construyen o destruyen. Tal vez no podremos crear una mesa de madera, pero podemos crear todos los ambientes propicios para que la misma sea construida tal como la imaginamos.
Para poder lograr que nuestros pensamientos funcionen de la manera adecuada, debemos entender que los pensamientos son el resultado de nuestra percepción del mundo que nos rodea.
Para explicarlo más claramente; Cada uno de nosotros vive situaciones personales, individuales y experimenta las cosas de maneras distintas unos a otros. A pesar de que dos personas puedan vivir en una misma casa, con básicamente la misma educación, las mismas carencias, la misma religión, etc., cada una de ellas tomará la decisión de percibir o traducir dichas experiencias en pensamientos muy particulares. Una puede decidir que todo lo malo que le ha pasado será útil para ser una mejor persona, mientras que la otra podría llenarse de odio por lo difícil que ha sido su situación.
Estos pensamientos generan una vibración determinada, positiva y creadora o negativa y destructora.
Cuando dos objetos cuyos campos electromagnéticos son iguales o tienen la misma frecuencia, se dice que están en RESONANCIA. Cuando estos objetos están en resonancia, la VIBRACIÓN puede ser transmitida de uno al otro por medio de los electrones.
Por ejemplo, encontramos que una copa de cristal vibra cuando se encuentra en resonancia con cierta nota del piano. De la misma forma, cuando vibramos o emitimos vibraciones positivas o negativas, tenemos un efecto en todo aquello que nos rodea; ocasionamos un efecto en las personas y las cosas que están a nuestro derredor.
Cuando escuchamos música clásica, caminamos por un parque, comemos alimentos saludables, peleamos, vemos las noticias, visitamos personas enfermas o tomamos un café con las amigas, estamos entonces percibiendo las vibraciones de nuestro entorno y emitiendo al mismo tiempo las vibraciones positivas o negativas dependiendo de nuestra percepción.
Por ejemplo, hay personas con las que nos gusta estar y otras que nos parecen como un poquito aberrantes…no? O lugares que nos gustan y otros que nos hacen sentir tristes, apretados o temerosos.
En nuestro organismo, se ha podido demostrar científicamente que las sustancias naturales, los alimentos naturales, crudos y orgánicos, hacen resonancia con nuestro organismo, o sea que se aprovechan, son compatibles, nos ayudan a que nuestro organismo funcione adecuadamente. De esta misma manera, se ha podido demostrar que el consumo de medicamentos o drogas sintéticas, causa un rechazo en nuestro organismo que altera nuestras vibraciones, causando efectos adversos o indeseables.
“La energía afecta más poderosamente la materia, que los químicos”.
Es quizá porque la vibración de las plantas, de la naturaleza, de la tierra, es similar a la frecuencia vibracional del ser humano, o sea que hacemos equipo, empatamos, hacemos juego con las cosas naturales.
Esto nos lleva a dos importantes aseveraciones que me gustaría dejar apuntaladas como columna dentro de sus corazones:
1.- Vibramos con la naturaleza y la propia naturaleza fortalece nuestra energía. El mundo conspira constantemente con nosotros para sustentar nuestra vida. La naturaleza, lo natural, crea una perfecta resonancia en nosotros y no solo nos hace sentir mejor, sino que permite también que nuestra vibración sea más potente y más positiva. Esto nos debe hacer pensar en que la cercanía con la naturaleza es nuestra única alternativa para poder evolucionar. Alimentos naturales, ejercicio al aire libre, meditación, oración y todo aquello que nos acerque a nuestra esencia, deberá constituir una forma de vida y no una especie de dieta para hacer 3 días por semana.
2.- La frecuencia más alta conocida es el amor; esto quiere decir que cuando sentimos amor o hay amor en el ambiente, las vibraciones alteran positivamente a las personas y las cosas cercanas. Si la frecuencia más alta es la del amor y el poder más grande de emitirla son los pensamientos, bien haríamos en ejercitar nuestros pensamientos hacia un patrón positivo que nos ayude a nosotros mismos y a aquellos que nos rodean; Quién sabe si nuestra energía sea suficiente para cambiar las vibraciones de los demás, como si fuéramos un piano emitiendo notas y ellos fueran las copas que las perciben.
La importancia de los pensamientos va mucho más allá de los sentimientos. Los pensamientos son vibraciones o emisiones de energía que tienen la capacidad de cambiar o transformar la materia a su alrededor.
Como se menciona anteriormente, el cuerpo humano inicia con la energía y esta se va transformando hasta convertirse en la materia que conocemos como cuerpo, órganos, tejidos, etc., pero sigue siendo “energía”.
- El cuerpo humano funciona con sustancias bioquímicas y energía.
- Estas sustancias no son inertes, no están estancadas, se mueven, vibran, actúan entre sí para producir efectos.
- Lo que permite que estas sustancias se usen, se produzcan o sirvan, es puramente energía.
- Los pensamientos son energía que interactúa con todo los procesos del organismo.
- Cuando los pensamientos son negativos o destructivos, se va creando dentro del organismo un desequilibrio por medio de órdenes erróneas.
- Cuando los pensamientos son positivos, por el contrario, se crea una fuerza que empuja hacia el funcionamiento correcto en cada proceso del organismo.
Un claro ejemplo puede ser una persona hipocondríaca; Sus pensamientos de dolores, enfermedad y daño son constantes y llega a producirse materialmente lo que piensa.
Igualmente, una persona que tiene terror al contagio de un virus, muy probablemente se contagie porque la fuerza de su pensamiento es tal, que provoca una supresión de su sistema inmune que permitirá que el virus, oportunistamente lo ataque.
Si, el temor suprime el sistema inmune porque produce un alto nivel de estrés.
Además, los pensamientos tienen el poder de convertirse en información en cada una de nuestras células. La “Epigenética” o “Nueva biología”, es la ciencia que estudia la relación tan estrecha que existe entre los pensamientos y el funcionamiento de las células. O sea que también se ha podido probar científicamente, que lo que pensamos se materializa tarde o temprano en nosotros y en lo que nos rodea.
A este nivel podemos ver situaciones tan comunes como la obesidad, hasta la herencia epigenética del cáncer.
Una persona que es obesa, se siente obesa, se ve obesa, se declara obesa y crea un pensamiento amistoso con la obesidad, probablemente se mantenga obesa toda su vida debido a que las células tienen esa información codificada y se reproducen una y otra vez como “células obesas” – Es interesante saber que las personas con grados máximos de obesidad no tienen más células que las anoréxicas-.
La información de obesidad en las células tendría que ver con la forma en la que estas sintetizan las proteínas, las grasas o los carbohidratos.
Más interesante aún lo es el hecho de que si la persona obesa, con células obesas tiene progenie, esta información celular pasará a ellos hasta la 3ª o 4ª generación. Claro que el desarrollo de estas células podría cambiar dependiendo de los pensamientos o la percepción de cada una de estas personas, que, a su vez, transmitirán nueva información a su progenie.
No estamos hablando de la obesidad como un gen hereditario, sino de información celular que puede ser cambiada.
Lo mismo ocurre con el cáncer, la diabetes y muchos otros padecimientos que se promocionan como hereditarios y que la gente no solo tiene una predisposición epigenética o sea en la información de sus células, sino también en sus pensamientos constantes cuando son etiquetadas como Pre-diabéticos o 50% diabéticos por herencia.
A esto le agregamos el factor de costumbres alimenticias, estrés, temor por la situación actual, etc., y tenemos entonces una bomba de tiempo que estallará en cualquier momento.
Existe en la historia un relato que podría cambiar la percepción de la ciencia, sin embargo no se comenta con el mismo fervor que se promocionan las drogas.
El poder de la mente es tan extraordinario que en siglo XIX, cuando Robert Koch fundó la teoría de los gérmenes como causantes de las enfermedades, uno de sus más acérrimos críticos tragó un vaso completo de agua con la bacteria causante del cólera (Vibrio Cholerae). Para sorpresa de todos, no hubo síntomas de enfermedad. A este respecto la afamada revista Science publicó en el año 2000 esta historia, declarando que “por razones desconocidas, este crítico había permanecido libre de síntomas, pero que fue incorrecto lo que hizo”.
Otra situación que ha quedado ciega para el estudio de la ciencia de la mente y su poder, es sin duda la gente que camina sobre fuego sin dolor ni daño.
No pretendo, ni por muy lejos, decir que con el solo hecho de pensar en la salud o que no estamos enfermos, seremos curados de cualquier enfermedad. Lo interesante aquí es reconocer como los patrones de pensamientos, que se han convertido en reacciones autónomas, pueden afectar no solo nuestra salud, sino toda nuestra vida.
Entonces debemos comprender como es que funciona la mente. Aunque la mente es energía pura (no el cerebro), tiene 2 funciones disímiles que además están interrelacionadas:
La mente consciente = La energía creativa, la que puede manipular los pensamientos, la que puede a libertad general energía positiva o negativa.
La mente subconsciente = Depósito de tapes llenos de estímulos derivados de los instintos y de las experiencias. La mente subconsciente es estrictamente habitual; generará los mismos comportamientos como respuesta a las mismas señales. Como cuando se enoja uno de inmediato al ver la pasta de dientes destapada, debido a que fuimos entrenados desde la niñez a cerrarla. Se trata de patrones de Estímulos-Respuestas almacenados en programas de comportamiento.
Por ejemplo, en el caso de los patrones de procesos neurológicos, la mente subconsciente es millones de veces más poderosa que la mente consciente. Esto significa que aún cuando se pudiera repetir una afirmación positiva, dependemos de los patrones preestablecidos desde la niñez, almacenados en la mente subconsciente (nadie me ama, soy feo, soy enfermizo, etc.).
Si, ciertamente la mente subconsciente, que actúa con patrones pre-aprendidos o comportamientos reflejos como manejar en una carretera con mucho tráfico, mientras hablas con un acompañante o reaccionar con enojo cuando la pasta de dientes está destapada, entonces podemos deducir también que el comportamiento reflejo condicionado, a pesar de ser extraordinariamente complejo, puede programarse por medio de procesos de aprendizaje condicionado, patrones neurales pre establecido de estímulo-respuesta que aseguren un patrón repetitivo, pero diferente al previamente aprendido.
Estos patrones no son sino “hábitos”, que en psicología se define como un comportamiento repetido regularmente. Esta es la parte animal o mente subconsciente que actúa por medio de reflejos y que, desafortunadamente, aún no ha evolucionado a la mente consciente.
Sin embargo, los seres humanos y algunos mamíferos superiores han evolucionado un área especializada del cerebro asociada con el pensamiento, la planeación y la toma de decisiones, llamada Cortex Pre-frontal. Esta porción del cerebro es aparentemente el sitio de los procesos mentales de Auto-Consciencia. Esta mente auto-consciente, es también auto-reflexiva. Se trata de un nuevo “órgano sensorial” que observa nuestro propio comportamiento y nuestras emociones. Es muy poderoso y tiene la capacidad de observar cualquier comportamiento programado, evaluarlo y decidir conscientemente si desea mantenerlo o cambiarlo. Podemos activamente elegir como responder a los estímulos ambientales y si deseamos responder o no. Entonces la mente consciente, tiene la capacidad de invalidar o cambiar los comportamientos pre programados de la mente subconsciente a libertad.
Este maravilloso mecanismo tiene también sus peligros. Ya que se trata de un sistema avanzado de “aprendizaje” de las percepciones, corremos siempre el riesgo de aprender de las opiniones o percepciones de los demás, habilitándolas como “verdades”. El problema radica en las ocasiones en las que la percepción de los demás es incorrecta.
Si hemos aprendido que las víboras son peligrosas, seguramente veremos una y correremos lo más rápido posible. Pero para un herpetólogo, ver una víbora sería una oportunidad más de estudiar, aprender o reconocer la misma víbora.
Ciertamente aprendemos de la percepción que tenemos del ambiente que nos rodea, pero no siempre la percepción es la correcta. Por eso, en la nueva biología, en lugar de percepción, se le llama “creencias”.
Finalmente podemos entender que las Creencias, controlan nuestra biología.
En resumen, tenemos la capacidad de evaluar conscientemente nuestras respuestas a estímulos ambientales y cambiarlas cuando lo deseemos. Una vez que aprendamos a lidiar con nuestra mente subconsciente, no estaremos atorados ni con los genes, ni con nuestro comportamiento.
Una forma muy sencilla de comprobar el poder de los pensamientos, la percepción o las emociones sobre la salud, ha sido objeto de numerosos estudios. Se trata del “efecto placebo”. El efecto placebo es nada más y nada menos que la administración de un remedio falso; podría ser desde una píldora de azúcar haciendo las veces del más potente analgésico o el más poderoso antidepresivo, hasta una falsa cirugía como por ejemplo de rodilla. Aunque en la mayoría de los casos, el efecto placebo ha mostrado ser tan o más efectivo que las drogas o los procedimientos quirúrgicos, no es una materia de estudio y reconocimiento por parte de las universidades de medicina en el mundo.
¿Como podría una píldora de azúcar hacer el efecto de un analgésico? ¿Como podría resolver un problema de rodilla una falsa cirugía? ¿Como podría aliviar la depresión más profunda? Es ahí donde se esconde el maravilloso poder de la mente que tiene la capacidad de emitir impulsos eléctricos, energía pura creadora, restauradora y estimulante del organismo.
El placebo ha demostrado que no solo cambia los síntomas, sino también la biología completa del organismo. Esto también demuestra que el producto de nuestras “creencias”, “emociones” y “percepciones”, tienen un efecto en la forma como se desenvuelven los procesos fisiológicos y biológicos. La mente tiene el poder de cambiar todo esto.
Así como existen los “placebos”, con efectos positivos no solo en el organismo, sino en todo lo que hacemos, vemos, probamos, tocamos y sentimos en el universo, existen también los “nocevos”, que serían los efectos negativos de nuestros pensamientos, creencias y emociones.
Así como el placebo ha mostrado científicamente tener un efecto positivo sobre la salud, el efecto nocevo tiene un efecto negativo en la misma.
Este efecto es como una sugestión, como si hubiera un efecto o reacción a un estímulo. Recordemos que la mente subconsciente trabaja con patrones aprendidos que emiten señales según el estímulo que se le haga. El enojo por la pasta de dientes abierta o la salivación cuando vemos comida que nos agrada, emite señales que alteran el organismo de la misma forma que el ingerir una píldora que, suponemos, contiene un analgésico para un fuerte dolor. Así, los pensamientos negativos o los temores, crean reacciones en nuestro organismo con efectos negativos o desequilibrantes.
Los médicos, terapistas y todo el personal dedicado al área de la salud, debería tener una materia o al menos el conocimiento del poder que ejercen sus palabras sobre sus pacientes. Así como maestros y padres de familia que se encargan de la programación mental de los niños.
Cuando una persona llega la consultorio de un experto en la materia de salud, supone, tiene la sugestión o la percepción de que es un experto en la materia y que podrá decirles qué es lo que está ocurriendo con su salud. Si el experto le dice a la persona que solo le quedan 2 meses de vida y la persona lo cree, entonces tendrá un estímulo negativo, un nocevo que irá menguando de manera importante la salud, aún cuando el problema no fuera tan grave.
En mi historia personal he podido comprobar este efecto con personas que fueron diagnosticadas como VIH positivas y sus médicos les advirtieron que morirían si no tomaban las drogas.
Mi experiencia ha mostrado que un alto porcentaje de estas personas, comienza a morir cuando es diagnosticada y luego excesivamente intoxicadas con los medicamentos tienen desenlaces fatales. Sin embargo, también he tenido la bendición de ver como algunas personas diagnosticadas han perdido al miedo al diagnóstico, no toman los medicamentos (altamente tóxicos), comienzan a cuidar su salud, alimentación y toman suplementos naturales, que viven vidas totalmente normales.
Nuestras creencias actúan como filtros de una cámara que cambia la forma en la que percibimos el mundo que nos rodea y nuestra biología se adapta a esas percepciones.
Tal vez no podemos cambiar nuestra genética, pero al cambiar nuestra mente, podemos alterar la forma en la que se ejecuta su información.
Con respecto a la actuación biológica a nivel celular, acerca de sus respuestas de crecimiento y protección, será interesante mencionar que cada una de ellas tienen mecanismos especializados por ejemplo, para activar o utilizar toda su energía en procesos de crecimiento como la absorción de nutrientes, así como una respuesta completamente diferente de protección que sería, burdamente explicado, como un cierre de todas sus compuertas para protegerse de las toxinas. No pueden hacer las dos cosas al mismo tiempo.
Mencionar esto es importante, debido a que el organismo no puede funcionar con 2 emociones o creencias opuestas a la misma vez. Cuando el organismo se encuentra con una situación óptima, positiva, benéfica como un pensamiento de relajación durante la comida, las funciones de todo el organismo se colocan en posición de “crecimiento” y logran aprovechar el máximo beneficio de los nutrientes.
Por el contrario, cuando el pensamiento, creencia o circunstancia es negativa, estresante o perjudicial, como una pelea durante la comida o la ingesta de alguna toxina, el organismo se cierra o entra en un estado de alerta que utiliza toda la energía para proteger de un posible daño.
Esta es a grandes rasgos la teoría de Hans Selye con respecto a la respuesta al estrés.
El proceso de crecimiento requiere de un intercambio entre el organismo y su entorno ambiental. Cuando este proceso se inhibe, también produce el debilitamiento generalizado ya que este proceso no solo expande la energía hacia todo el organismo, sino que también requiere de producir dicha energía. Por lo tanto, la respuesta de protección, inhibe la creación de energía sustentable para la vida. Entre más tiempo se pase en estado de protección, mayor será el compromiso con el proceso de crecimiento.
Estos son procesos de los que depende la vida, por eso, cuando hay procesos negativos o de protección, no todas las células se enganchan en este proceso. Pero si la situación persiste por más tiempo, se crea una inhibición crónica de los procesos de crecimiento que comprometerá la vida.
Para que se dé óptimamente el proceso de crecimiento, no solo es necesario buscar alejarse de los estresores, sino buscar activamente la felicidad, la dicha, el amor y aquellos pensamientos o creencias que estimulan este proceso.
Un ejercicio muy saludable sería el de analizar concienzudamente nuestros temores, miedos, incertidumbres y dudas. ¿Qué provocan en nosotros? ¿Si son importantes o justificados? ¿De dónde vienen? ¿Si son reales? ¿Si contribuyen a los procesos de crecimiento o paralizan nuestra vida?
Para finalizar, desearíamos poner en perspectiva todo lo antes descrito a fin de que no quepa la menor duda de qué es la energía y como nos afecta.
Somos energía, vivimos de ella y necesitamos producirla. La energía no es más que una, pero depende de nosotros lo que se cree a través de ella.
No es fácil cambiar los patrones aprendidos desde la niñez, ni aquellos de los que hemos sido convencidos a través de los años. Pero necesitamos ejercitar nuestra mente, nuestros pensamientos y nuestras creencias hacia patrones que cambien nuestro organismo, nuestra vida y nuestro entorno.
Las terapias naturales o naturopáticas, deben llevarse a cabo bajo estos pensamientos y con esta intención.
- Equilibrar el flujo de energía a través del cuerpo
- Transmitir energía positiva, a fin de ser como el sonido y el receptor de la terapia, la copa de cristal. Que resuene con la frecuencia del amor, la compasión y los buenos deseos.
- Preparar o vender los suplementos naturales con intencionalidad, con amor, con el deseo de que en ellos vaya incluida nuestra energía positiva.
- Siempre que toques a otra persona, tócala con fuerza y amor. Esto impide que la energía negativa del otro te afecte, ya que la frecuencia más alta es la del amor.
- Si no sabes dar una terapia, estudia, aprende y no juegues a saber demasiado cuando se trata de la salud de las personas.
- Habla, comunícate, pregunta a tu cliente como se siente, que le sucede, que observa y nunca le des malas noticias. Mejor enséñale a transformar su situación actual.
- Nunca declares cosas negativas sobre las personas. Hazle ver lo que ha estado haciendo mal y dile como hacerlo diferente. Dale alternativas, opciones, información, esperanza. La vida está solamente en manos de Dios y nadie puede adivinar cuál será su desenlace final. Ora, pide, ten compasión, alienta, soporta, insiste, pero nunca declares palabras negativas sobre nadie.
- Date tiempo para todo, porque hay un tiempo para todo debajo del sol. Hay tiempo de estudiar, de enseñar, de amar y de alejarse, de dar y de recibir. Hay tiempo para recibir los dones y tiempo para desarrollarlos en plenitud. Pero a todo esto, le agregarás la confianza, la fe y la oración. De otra manera tu esfuerzo será vacío.
Hay personas que han pasado a la historia porque fueron capaces de grandes hazañas, de ellos tenemos mucho que aprender sin perder nuestra individualidad. Las palabras que a continuación les comparto, hacen todo sentido a la presente exposición y esperamos que entren en su corazón y crezcan como árboles sembrados en tierra fértil, que dé frutos a su tiempo.
«Cuida tus creencias, porque se convertirán en tus pensamientos.
Cuida tus pensamientos, porque se convertirán en tus palabras.
Cuida tus palabras, porque se convertirán en tus actos.
Cuida tus actos, porque convertirán en tus hábitos.
Cuida tus hábitos, porque se convertirán en tus valores.
Cuida tus valores, porque se convertirán en tu destino.»
Mahatma Gandhi